Programa de la Federación Internacional de la Juventud (IJV)
Aprobado por unanimidad en el Congreso Fundacional celebrado del 23 al 25 de mayo de 2025 en Fráncfort del Meno.
1. quiénes somos
La IJV es la organización de la juventud que quiere trabajar por un futuro digno de ser vivido, independientemente de su origen. Por un mundo sin guerras, sin destrucción medioambiental, sin explotación y sin ningún tipo de desigualdad social. Nos solidarizamos con cualquiera que tiene que luchar desde abajo en esta sociedad, ya sea en Alemania o en cualquier otra parte del mundo. Este es nuestro programa.
Porque nosotros, como jóvenes, nos enfrentamos a una multitud de problemas. Vemos cada vez más guerras en todo el mundo. En lugar de educación y bienestar social, el dinero se gasta en armamento y militarización. Nuestras escuelas y universidades están infradotadas y cada vez más jóvenes crecen en pobreza. Las perspectivas después de la formación son cada vez más inciertas. El nacionalismo y el racismo crecen de año en año. Y por si todo esto fuera poco, vemos cómo se destruye nuestro medio ambiente. En resumen, las perspectivas de un futuro digno son cada vez peores.
Todos estos fenómenos no son una coincidencia, sino la expresión de una contradicción de clase fundamental en nuestra sociedad, en la que los propietarios de bancos y empresas se están apropiando de la riqueza generada por la sociedad. Porque ellos son cada vez más ricos, nosotros somos cada vez más pobres. Para distraernos de esta realidad, quieren despolitizarnos, aislarnos y dividirnos: mediante falsas promesas como „cada uno es el forjador de su suerte“ o culpando a los inmigrantes como chivos expiatorios de los problemas sociales y los temores por el futuro en Alemania. Pero no buscaremos culparnos a nosotros mismos ni a nuestros compañeros, colegas o personas desempleadas. ¡Sino a quienes se benefician de nuestra situación y a las políticas que lo hacen posible!
Vemos que cada vez más jóvenes que se enfrentan a estos problemas y entienden que tienen causas comunes y estructurales: ¡que un futuro mejor sólo puede lograrse mediante la lucha unida! La IJV nació de la necesidad de reforzar esta lucha juvenil, de abordarla de forma organizada y en unidad, de dirigirla allí donde se desarrolla nuestra vida cotidiana y donde sentimos directamente los ataques desde arriba: en la escuela, el trabajo, la universidad y el barrio. En la IJV queremos unir nuestras fuerzas y actuar juntos, porque los problemas contra los que luchamos tienen las mismas causas.
Para ello, unimos nuestras fuerzas en una organización de ámbito federal con una base política común. Esto significa que no queremos limitarnos a problemas individuales, sino reconocer la causa estructural común de estos problemas. Y también significa que no permanecemos aislados como pequeños grupos en ciudades individuales. Estamos uniendo fuerzas de muchas ciudades de toda Alemania. Sólo así tendremos la fuerza necesaria para luchar en serio por un futuro digno. Los jóvenes no estamos solos: nos consideramos parte de una lucha más amplia de la clase obrera y de los movimientos progresistas de Alemania. Por eso nosotros, como juventud que trabaja y aprende, debemos unirnos a ellos y a sus batallas para hacer realidad nuestras reivindicaciones de una vida mejor para todos.
No podemos alcanzar este objetivo solos, ¡únicamente organizándonos! ¡Únete a nosotros!
Estamos presente en…
2. ...la escuela,
Las deficiencias de nuestro sistema educativo ya se hacen evidentes en la escuela: las ratios son demasiado altas, el profesorado está sobrecargado de trabajo y los alumnos y alumnas estamos constantemente sometidos al estrés de los exámenes. A muchos de nosotros nos resulta difícil seguir el ritmo de las clases, ya que la escasez de profesores hace que se cancelen muchas horas de clase y que los rígidos temarios no atienden nuestras necesidades. Sólo podemos pensar de examen en examen, para volver a olvidarlo todo al final. Esto está muy lejos de una buena educación, queremos poder aprender y formarnos en paz, analizar críticamente la materia aprendida, pero también experimentar lo que significa actuar solidariamente y vivir en comunidad. Los colegios no deben ser fábricas de aprendizaje de las que se nos escupa como productos para el mercado laboral. Necesitamos un sistema educativo en el que nosotros y nuestros intereses y capacidades sean protagonistas, ¡y no nuestra potencial mano de obra! Por eso rechazamos la separación del alumnado después de la educación primaria. No queremos que se nos separe en diferentes escuelas ni que se nos desfavorezca en función de las notas, la procedencia o la discapacidad. No queremos ser „mejores“ que nuestros compañeros, no queremos competir codo con codo, queremos aprender juntos y espacio para el diálogo. No debería importar si nuestros padres pueden ayudarnos con los deberes o si tenemos acceso a clases particulares. Una buena educación debería ser para todos y ayudarnos a comprender nuestra situación, analizar la sociedad y actuar en consecuencia. El compromiso político suele estar restringido en las escuelas por una supuesta „neutralidad política“. En cambio, a los “Jugendoffiziere” (oficiales de la juventud) del ejército de Alemania se les concede libre acceso a nuestras escuelas para abusar de la creciente falta de perspectivas y hacer propaganda del servicio militar.
¡El ejército debesalir de las escuelas!
Necesitamos más profesores y un profesorado mejor formado, especialistas en educación, material didáctico y comida gratuita, viajes escolares gratuitos y aulas bien equipadas.
Esto incluye también temarios hechos a nuestra medida y con la participación de alumnos y alumnas. ¡Sin deberes ni notas!
Todo esto requiere una financiación basada en nuestras necesidades. ¡En una escuela para todos a la que podamos dar forma activamente y con más competencias para los representantes del alumnado!
3. ... el puesto de trabajo...
Como jóvenes queremos perspectivas y un empleo seguro. Pero nuestros problemas empiezan con la búsqueda de puestos de formación profesional: muchas empresas los están reduciendo. Una vez iniciada la formación, hay que conformarse con un sueldo que, en la mayoría de los casos, no es suficiente para vivir de manera autodeterminada. Por esta razón, muchos de nosotros tenemos que aceptar un ”Minijob” (mini-empleo) paralelamente a nuestra formación profesional. Una vida autodeterminada durante la formación profesional significa no sólo sobrevivir, sino también ser miembro de un club deportivo o poder asistir a un concierto. Al mismo tiempo, a menudo se utiliza a los aprendices como mano de obra barata, incluso para actividades ajenas a su formación profesional, en lugar de recibir una formación completa. A menudo ni siquiera está asegurada la contratación tras la graduación. Necesitamos perspectivas seguras durante y después de la formación profesional. Por eso luchamos contra la precariedad laboral, que afecta de forma desproporcionada a las mujeres y a personasmigrantes. Estas condiciones laborales precarias se utilizan sistemáticamente para enfrentarnos a nuestros colegas, para alimentar el racismo y la competencia entre la plantilla y para bajar los salarios. Estamos hartos de este tipo de entorno laboral. Nuestros empleadores intentan maximizar sus beneficios a costa de nuestro trabajo. También alimentando la competencia con colegas de otros países e intentando empeorar nuestras condiciones laborales como consecuencia de ello. Sin embargo, el progreso tecnológico podría dar la oportunidad de mejorar cada vez más las condiciones laborales y vitales para todos, en lugar de aumentar los recortes de plantilla y la presión sobre los empleados. Nuestros derechos son la consecuencia de la lucha del lmovimiento obrero internacional. Hacemos campaña contra los ataques a nuestros derechos, como a la jornada laboral de 8 horas o al subsidio de enfermedad, y a favor de proteger y ampliar el derecho a la huelga a un derecho a la huelga política. No permitimos que nos dividan y enfrenten entre naciones. Necesitamos una mayor cobertura de convenios colectivos, que impida también la cada vez mayorexplotación de, por ejemplo, alumnos en prácticas y de formación profesional. También necesitamos la perspectiva de una pensión con la que podamos vivir bien e independientemente en la vejez.
Necesitamos una auténtica garantía de puestos de formación profesional, un subsidio mínimo durante la misma y un salario mínimo para todos que sea suficiente para una vida buena e independiente, así como la contratación fija.
También necesitamos buenos salarios y condiciones laborales, así como ayudas para la vivienda, por ejemplo en forma de plazas suficientes en residencias para el alumnado de la formación profesional.
Además, ¡exigimos una ampliación de la participación de los empleados en las empresas y una reducción de la jornada laboral con plena equiparación salarial y personal!
4. ...¡y la universidad!
Los centros de educación superior y universidades deben ser lugares donde se lleve a cabo investigación, desarrollo y enseñanza útil para el progreso social. En cambio, trabajan para garantizar que podamos ser utilizados con fines económicos de la forma más rápida y eficaz. Incluso antes de eso, el injusto sistema de numerus clausus nos clasifica e impide que estudiemos lo que queremos. Los hijos cuyos padres no disponen de título académico tienen mayor dificultad para estudiar. A más tardar con el sistema de grado-máster, se ha introducido un sistema de puntos que nos persigue a los estudiantes de examen en examen y de trabajo escrito en trabajo escrito para enviarnos al mercado laboral lo antes posible, es decir, con un grado. Cada vez más estudiantes sufren una enorme presión sobre su rendimiento. A través de medidas gubernamentales no se garantiza que nuestras universidades dispongan de suficientes recursos financieros. La financiación privada y, por tanto, los intereses privados ejercen cada vez más influencia sobre la investigación y enseñanza. Mientras nos vemos cada vez más afectados por los recortes en educación, se está abriendo la puerta a la financiación de la investigación mediante fondos de terceros, como es el caso de la investigación militar por parte de empresas de defensa. En general, la investigación para la muerte y la destrucción también está aumentando en este contexto y la cláusula de exclusión de investigación militar está cada vez más en el punto de mira. Al mismo tiempo, cada vez nos damos más cuenta de que ya no podemos permitirnos estudiar. Las tasas semestrales aumentan y los precios de del comedor ya no nos permiten comer barato con nuestros compañeros. Y los alquileres de pisos estudiantiles hace tiempo que son demasiado caros para la mayoría de nosotros, ¡y falta espacio para vivir! Todo esto mientras sólo una reducida parte de los estudiantes seguimos recibiendo asistencia financiera estatal a través de BAföG (créditos bancarios) y esta no es ni de lejos suficiente para cubrir todos nuestros gastos. En lugar de ello, nos vemos obligados a trabajar por sueldos bajos en empleos precarios paralelamente a nuestros estudios y no podemos concentrarnos en ellos. A menudo tenemos que hacer prácticas obligatorias no remuneradas durante nuestros estudios. Y, de todos modos, al poco tiempo de licenciarnos tenemos que devolver la mitad del crédito BAföG. Necesitamos una universidad que investigue para mejorar nuestras vidas y en la que podamos aprender, enseñar e investigar bien… ¡en lugar de hacerlo con ánimo de lucro!
Exigimos que las universidades sean adecuadamente financiadas e independientes y que la concesión de ayudas BAföG sea independiente de los padres, suficiente para una vida buena y autodeterminada – ¡sin reembolsos ni plazos!
¡Exigimos convenios colectivos para los empleados estudiantiles y los ayudantes de investigación! Exigimos una financiación estable para los servicios estudiantiles (Studierendenwerk) que tenga en cuenta nuestras necesidades, las de los estudiantes. ¡Por eso necesitamos el control estudiantil de los servicios estudiantes y del Claustro Universitario, así como el fomento de la participación estudiantil!
Exigimos que se garantice la libertad académica, ¡que no haya intervención estatal ni exmatriculaciones políticas! ¡Se necesita una cláusula de exclusión de investigación militar en todas las universidades!
5. ¡contra la guerra, el rearme y la militarización!
La guerra significa muerte, destrucción y huida para millones de personas en muchas partes del mundo. Muchos tememos que la guerra llegue también a Alemania, porque a escala internacional se gasta cada vez más dinero en armamento y el peligro de una guerra mundial es cada vez mayor. Ya ahora se producen conflictos militares en docenas de países. Las razones que suelen aducirse para estos conflictos son la defensa propia o valores como la „libertad“ y la „democracia“. Pero, en realidad, se trata de intereses lucrativos: Un puñado de superpotencias imperialistas de nuestro mundo luchan por repartirse el mundo entre ellas. Detrás de esta lucha se esconde un sistema: para sobrevivir a la competencia, las grandes corporaciones internacionalmente activas deben asegurar sus beneficios. Esto significa que compiten entre sí por los mercados, los recursos, las posiciones geoestratégicas y las rutas comerciales y, si es necesario, intervienen militarmente, para beneficio de las corporaciones de sus propios países. Los países económicamente y militarmente más débiles y dependientes son, en especial, los escenarios de esta competencia internacional. Los países afectados se convierten en dependientes y explotados política y económicamente. A los pueblos afectados se les niega el derecho a la autodeterminación, es decir, el derecho a la soberanía estatal y jurídica.
También Alemania es una potencia imperialista. Esto significa que los intereses de las grandes corporaciones alemanas tienen una influencia decisiva en la UE y en otras regiones del mundo. Sobre todo los países europeos económicamente más débiles están directamente dominados. A través del fondo especial (“Sondervermögen”) y el aumento de los gastos corrientes del ejército alemán, el Gobierno Federal se está preparando para tener más éxito en esta competencia internacional y poder hacer valer la posición de las corporaciones alemanas frente a la competencia, si fuera necesario, militarmente. Con este fin y mediante estos fondos, la economía alemana se prepara cada vez más para la guerra. Cada vez son más los centros de producción que fabrican armas en lugar de bienes civiles. Con sus enormes exportaciones de armas, la industria de defensa alemana es un sector económico clave. Estas armas están pensadas para reforzar directa o indirectamente la posición de Alemania en el mundo.
Para ello, la mayoría de los partidos políticos y los medios de comunicación intensifican la propaganda de guerra. Por un lado, se conjura la amenaza constante de un supuesto ataque por parte de una potencia extranjera y, por otro, se subraya la propia „debilidad“ del ejército alemán. Sin embargo, es precisamente este rearme el que no nos da seguridad, sino que, por el contrario, pone en peligro nuestro futuro. A Alemania no le preocupa la defensa, sino la expansión de su poder. Al armarse y alojar armas nucleares, Alemania no se convierte en un país más seguro, sino en un objetivo directo de guerra. Para reclutar cada vez más soldados, el ejército intensifica cada vez más su propaganda hacia nosotros, los jóvenes. El ejército intenta presentarse en los espacios públicos como un empleador atractivo en el que, de paso,puedes aportar algo a „tu país“. Desde carteles en las paradas de autobús hasta spots publicitarios en cines y redes sociales: en todas partes de nuestra vida cotidiana se nos anima a, a cambio de un título remunerado y salarios de formación más altos, sacrificar nuestra vida por esta política. Se abusa de nuestra falta de perspectivas y de nuestros temores sobre el futuro para persuadirnos de que sirvamos en las fuerzas armadas. Sin embargo, esto también aumenta la militarización hacia dentro. Se normaliza así la el trabajo en el ejército y se prepara a la población para posibles guerras futuras. Además, se amplían los medios estatales de represión, por ejemplo armando más aún a la policía o aumentando la vigilancia de la población.
¡No queremos eso! Rechazamos un servicio militar obligatorio que nos prepara para morir como carne de cañón en sus guerras, así como otros servicios obligatorios. ¡Esas guerras no son nuestras guerras!
Porque sabemos: ¡La línea no corre entre los pueblos, sino entre arriba y abajo! Por eso exigimos:
Desarme en lugar de rearme, cláusulas de exclusión de investigación militar vinculantes en las universidades y ninguna publicidad del ejército en espacios públicos. Exigimos la retirada del ejército alemán del extranjero, el fin de las exportaciones de armas y el respeto del derecho de los pueblos a la autodeterminación.
6. ¡contra el nacionalismo y el racismo!
El giro a la derecha, los asesinatos racistas la violencia policial y la división aumentan en muchas partes del mundo. Lo mismo ocurre en Alemania, donde la mayoría de los partidos y los medios de comunicación intentan forzar a amplios sectores de la población a alienearse detrás de los supuestos intereses „nacionales“ de Alemania. Mientras la competencia internacional se intensifica, la propaganda nacionalista se hace más estridente aquí en Alemania: „Nosotros“ en Alemania, por „nuestra“ economía o „nuestra“ seguridad. Pero si nos fijamos en la realidad en Alemania, enseguida nos damos cuenta de que no existe tal „nosotros“. Y es que por un lado, hay unos pocos ricos que aumentan su patrimonio de año en año, mientras que nosotros, la juventudy los trabajadores y trabajadoras, somos cada vez más pobres. Los sacrificios de esta política social en declive no afectan a todos en este país. ¡Porque son las empresas de Alemania las que se benefician!
Para encubrirlo, se alimenta cada vez más la división racista. Esta se dirige especialmente contra inmigrantes, refugiados y refugiadas y quienes no tienen pasaporte alemán cuando se dice que abusan de las prestaciones sociales o que se quedan con los puestos de trabajo. La mayoría de los partidos -independientemente de si están en el gobierno o en la oposición- utilizan estereotipos racistas para desviar la atención de su responsabilidad en los problemas del país. Para ello, atacan el derecho de asilo. A los refugiados se les priva de sus derechos y se les trata de forma indigna en los centros de acogida. Como consecuencia, los derechos contitucionales de todos los demás se cuestionan cada vez más.
Se presenta a los y las inmigrantes como la causa de problemas sociales y aumenta la exclusión y la discriminación, especialmente contra jóvenes inmigrantes en el sistema educativo, en el mercado laboral o por parte de la policía. La división racista es utilizada por los políticos para atacar nuestras condiciones de aprendizaje, de trabajo y de vida, al igual que nuestros derechos democráticos. Al fin y al cabo, esto sólo beneficia a nuestros jefes: el racismo es una herramienta para dividirnos a los trabajadores, las trabajadoras y a la juventud, para enfrentarnos unos contra otros y que no nos unamos contra ellos por nuestros intereses comunes, independientemente de nuestra procedencia. El racismo alimenta el odio, que también constituye el caldo de cultivo de la violencia por motivos racistas y del terrorismo de derechas. Instituciones estatales como la Agencia de Protección de la Constitución (el “Verfassungsschutz”, servicio secreto interior alemán) o la policía están implicadas con grupos terroristas de derechas y reprimen activamente iniciativas de memoria democrática. Por tanto, ¡exigimos una investigación completa de la violencia terrorista de derechas!
Toda esta propaganda tiene un fin: falsear la realidad. Porque en nuestra sociedad no existe ese „nosotros“ que ellos pretenden. El „nosotros“ que realmente existe somos los trabajadores, las trabajadoras y la juventudque, independientemente de su procedencia, compartimos un interés por un buen trabajo, una buena educación y un futuro digno de ser vivido en Alemania y en todo el mundo. Nos oponemos a cualquier ataque contra nuestra unidad.
Exigimos la prohibición y la persecución consecuente de organizaciones y grupos terroristas y fascistas de derechas y de su propaganda.
El arma más poderosa en la lucha contra el nacionalismo y el racismo es nuestra unidad, solidaridad y la lucha basada en nuestros intereses comunes, ¡en la escuela, en el trabajo y en la universidad!
7. ¡el medio ambiente antes que el beneficio!
En las últimas décadas, el cambio climático se ha convertido en uno de los problemas definitorios de nuestro futuro. La destrucción del medio ambiente avanza y los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y sequías, aumentan en todo el mundo y en Alemania. Sin embargo, por el momento no se han materializado medidas eficaces para combatir el cambio climático y la destrucción del medio ambiente. Al contrario: la mayoría de los partidos políticos y los medios de comunicación han conseguido reducir al mínimo el debate sobre el tema, polarizarlo y enfrentar a la gente entre sí. Con ello se desvía la atención de las causas reales del cambio climático. Se alega una supuesta amenaza a „nuestra“ prosperidad con medidas para proteger el medio ambiente. Por otro lado, las críticas al consumismo presentan el problema como algo que cada uno debe afrontar por sí mismo. Sin embargo, el cambio climático y la destrucción del medio ambiente están vinculados al modelo de producción. Éste está orientado a maximizar constantemente los beneficios de unos pocos y explota la naturaleza para ello. Las consecuencias de la destrucción del medio ambiente y del cambio climático se trasladan principalmente a los países explotados y dependientes. Esto tiene que acabar. Necesitamos un movimiento ecologista fuerte en el que los trabajadores y los jóvenes luchen juntos por el cambio social y ecológico y se opongan a cualquier polarización. La industria de los combustibles fósiles y las multinacionales agrícolas deben rendir cuentas: ¡nada de beneficios a costa del medio ambiente y de nuestras facturas de la luz! Exigimos la transición a las energías renovables y opciones asequibles para vivir de forma sostenible, como un transporte público de calidad y gratuito -especialmente en las zonas rurales-, así como la mejora de la protección civil en lugar del despliegue del ejército en el interior.
8. ¡por la liberación de la mujer y una vida autodeterminada para todas, todos y todes!
Como mujeres, aún no somos libres en nuestra sociedad. Nuestro trabajo, ya sea en el hospital, en la fábrica o en la oficina, demuestra cada día que todas y todos mantenemos nuestra sociedad en funcionamiento y contribuimos a ella por igual. Pero la opresión de la mujer en la actualidad choca aún más con esta realidad. Aunque el movimiento feminista ha luchado por muchos derechos, todavía hoy puede observarse que la sociedad de clases mantiene a las mujeres en una situación especialmente oprimida y se beneficia de ello.
En la familia, son las mujeres las que, además del trabajo remunerado, realizan la mayor parte del trabajo doméstico por lo que soportan una doble carga. En lugar de distribuir los cuidados de forma más equitativa en la sociedad, por ejemplo mediante plazas de guarderías en todo el país y comedores más asequibles, el trabajo de cuidados se traslada a la familia y, por tanto, a la mujer. También se determina directamente el papel de la madre y la autodeterminación física de la mujer: los abortos siguen sin formar parte de la asistencia médica básica y la decisión contraria a la maternidad ese considera, en principio, como delito. De la posición de la mujer se benefician: Por un lado, como mano de obra mal pagada y, por otro, como madre y ama de casa en la familia. A menudo, las mujeres cobran menos por el mismo trabajo o se ven obligadas a trabajar a tiempo parcial, lo que resulta especialmente evidente en los sectores sanitario, asistencial y social. La mala situación social conduce con frecuencia a la dependencia económica de la pareja. Esta dificulta el abandono de relaciones violentas, a lo que se añade la falta de apoyo en forma de centros de acogida para mujeres.
Sin embargo, las mujeres no sólo están expuestas a la violencia sexualizada en casa, sino también en público, donde son acosadas y amenazadas. El punto culminante de las múltiples formas de violencia sexista es el número cada año mayor de feminicidios. La sexualización de la mujer, especialmente evidente en la prostitución, que sigue legal y normalizada, refuerza la cosificación y la degradación. Rechazamos los puntos de vista que pretenden presentar la prostitución como emancipación.
Hasta el día de hoy, todo lo que se desvíe de la familia tradicional se sigue reprimiendo con la fuerza. Así, las parejas del mismo sexo siguen siendo descalificadas como „contranaturales“. Cada vez somos más quienes reconocemos que no podemos identificarnos con los restrictivos roles de hombre y mujer. Sin embargo, la necesidad de poder vivir libres de estereotipos de género y coerción se topa con discriminación, marginación, odio y violencia contra cualquiera que tenga una orientación sexual o identidad de género que difiera de los roles de género tradicionales. Ya sea discriminación en el mercado laboral, violencia en la familia o falta de acceso a la atención médica necesaria, estos problemas son estructurales. Por tanto, ¡todavía estamos muy lejos de una vida autodeterminada para todas, todos y todes!
Para todos estos problemas, no es una solución que la política o los consejos de administración se vuelvan un poco más „diversos“. La lucha por la liberación de la mujer y por una vida autodeterminada es una lucha social: no es una lucha de un género contra otro, sino una lucha entre abajo y arriba.
¡Luchamos juntas por la equiparación de salarios, la descriminalización del aborto, anticonceptivos gratuitos y el acceso a más centros de acogida para mujeres gratuitos y a una atención médica adecuada y bien fundamentada para todas!
Se necesita una protección especial para las mujeres en el puesto de trabajo, por ejemplo durante el embarazo o dolores menstruales, ¡sin desventajas laborales!
¡Exigimos la socialización del trabajo asistencial!
Por una vida libre de violencia, coacción y opresión a través de roles de género – ¡para todas, todos y todes!
9. por una buena vida en la ciudad y en el pueblo
La subida de los alquileres nos dificulta cada vez más a los jóvenes vivir en la ciudad. Gastamos una gran parte de nuestros ingresos en el alquiler, sólo para vivir en pisos en los que el propietario, para ahorrar costes, evita realizar necesarias medidas de renovación o nos las cobra a nosotros. La oferta de vivienda se distribuye a través de un mercado y no se adecúa a nuestras necesidades, sino que sirve para obtener beneficios. Esto nos afecta especialmente, ya que a menudo no tenemos unos ingresos elevados o regulares y, por tanto, nos vemos gravemente afectados por la subida de los alquileres. Muchos de nosotros ni siquiera encontramos un piso. Esto nos impide llevar una vida independiente, por ejemplo, para estudiar una carrera de formación profesional o universitaria. La oferta de vivienda es reducida artificialmente y los alquileres siguen subiendo. Cada vez más jóvenes se quedan sin piso ni hogar. ¡Necesitamos mayor oferta de vivienda asequible y de calidad, así como acceso gratuito a espacios verdes y parques! ¡Exigimos el derecho a la vivienda, la congelación y reducción de los alquileres y la expropiación de las empresas inmobiliarias! Hacen falta más viviendas sociales, ¡especialmente para estudiantes!
Nuestra vida no debe consistir sólo en desplazarnos entre un piso caro y nuestro puesto de trabajo, universidad o escuela. Una buena vida también incluye cultura, autorrealización y comunidad. Sin embargo, los clubes deportivos, los cines y otras actividades sociales y culturales son demasiado caros para muchos de nosotros o, cada vez más, desaparecen, sobre todo para los jóvenes de los estados federados (länder) del este de Alemania o de las zonas rurales. Necesitamos más lugares de encuentro sin la obligación de gastar dinero. También vemos y oímos con demasiada frecuencia ideales acríticos, retrógrados o inalcanzables en películas, series o música. No aceptamos la normalización y popularización de la violencia y el consumo de droga. Queremos una cultura en la que cualquiera de nosotros pueda participar darle forma, independientemente de las grandes productoras que, en todo caso, sólo buscan el beneficio. Una cultura por nosotros y para nosotros. Para todo ello, necesitamos los convenientes espacios y ofertas en nuestros barrios que estén al alcance de todos, independientemente de su bolsillo. Y las suficientes subvenciones a esta oferta, sobre todo en los barrios con una alta proporción de inmigrantes y de pobreza.
Una buena vida también incluye la asistencia sanitaria para las personas jóvenes. Además de un sistema sanitario inadecuado, muchos jóvenes siguen padeciendo enfermedades mentales, debido sobre todo a la presión sobre su rendimiento y conformista, y faltan plazas de terapia. No sólo las discapacidades mentales, sino también las físicas, dificultan la participación de los jóvenes en la vida social. No sólo debido a un urbanismo inaccesible, sino también a la discriminación en la vivienda y el mercado laboral y a la explotación en los talleres para personas con discapacidad. La sanidad debe ser gratuita. Exigimos una asistencia sanitaria básica orientada a nuestras necesidades y la eliminación de barreras y discriminaciones de jóvenes con discapacidad.
10. ¡tomamos nuestro futuro en nuestras manos!
La Federación Internacional de la Juventud (IJV, por sus siglas en alemán) es la organización de toda la juventud que quiere hacer campaña contra la guerra, el rearme y la militarización, por mejores condiciones de aprendizaje, trabajo y vida, contra el nacionalismo y racismo y contra la destrucción del medio ambiente y la opresión de la mujer.
La IJV publica la revista „Lautschrift“. Está editada por la Junta Ejecutiva Federal de la IJV y es la publicación central de la organización. En la Lautschrift, los alumnos y alumnas, jóvenes trabajadores y trabajadoras y estudiantes escribimos sobre todos estos agravios y qué hacemos contra ellos. Aquí se formulan las posiciones de la IJV y se describen las luchas de la juventud en Alemania y en todo el mundo. Nos formamos escribiendo artículos y debatiéndolos. En un panorama mediático caracterizado por las grandes empresas de comunicación e intereses lucrativos, utilizamos la Lautschrift para hacer periodismo independiente desde la perspectiva de la juventud. Además, la IJV edita publicaciones federales y locales como folletos, octavillas y carteles sobre temas relevantes y de actualidad.
Nuestro trabajo se desarrolla en un marco organizado y se organiza de abajo hacia arriba. El máximo órgano de la IJV es el Congreso Federal, que se celebra periódicamente. Para el Congreso Federal todos los miembros de las asociaciones locales eligen a delegados. Los delegados reúnen las perspectivas y experiencias de numerosos jóvenes de distintas ciudades. En el Congreso Federal debatimos y determinamos la dirección política de la organización y elegimos una Junta Ejecutiva Federal. La Junta Ejecutiva Federal es el máximo órgano del IJV entre los congresos federales y está formada por miembros de diferentes ciudades. Coordina y dirige el trabajo de la organización a escala federal. Nuestro programa y las resoluciones nacionales son expresión de un proceso de debate colectivo en el que intentamos reunir el mayor número posible de jóvenes para discutir y participar. El programa y las resoluciones federales son vinculantes para todas las asociaciones locales y las apoyamos juntos. Porque sólo a través de esta unidad política podemos garantizar el éxito de nuestro trabajo. Esto también se aplica a nivel local, donde todos los miembros de la Asociación Internacional de la Juventud (IJV) de una ciudad forman una agrupaciónlocal. Al igual que a nivel federal, en nuestras ciudades se celebran periódicamente Asambleas Generales Anuales. En estas reuniones, evaluamos y debatimos la situación local y nuestro trabajo conjunto como organización local, aprobamos resoluciones y, además de los delegados, elegimos una junta ejecutiva local para coordinar y gestionar el trabajo local.
La IJV se organiza principalmente en agrupaciones de base en los que los miembros e interesados de la organización se reúnen en la escuela, la universidad o como alumnos y alumnas de formación profesional y jóvenes trabajadores y trabajadoras, se organizan en torno a problemas cotidianos y concretos y pueden emprender la lucha por su mejora. Para ello, también estamos presentes en el barrio organizando actividades deportivas y culturales así como campamentos anuales. No esperamos a que alguien defienda nuestros intereses en nuestro nombre. Nos esforzamos por estar presentes allí donde se desarrolla nuestra vida cotidiana. Porque es ahí donde tenemos aliados en nuestras luchas: ¡entre nuestros compañeros y compañeras, colegas, y amigos y amigas! Para ello, también promovemos las involucración de nuestros miembros en los grupos de interés pertinentes, es decir, las representaciones de alumnos, estudiantes, jóvenes y los sindicatos, y la reforzamos allí donde podemos.
Nos esforzamos por cooperar con otras fuerzas políticas sobre la base de reivindicaciones concretas, siempre que éstas no contradigan nuestro programa o nuestras resoluciones y que podamos actuar con independencia.
Por un futuro digno y un mundo sin guerra, destrucción medioambiental, explotación y desigualdad social. ¡Únete a nosotros!